viernes, 13 de mayo de 2011

BlOqUe V. FoRmAs De CoMuNiCaCióN LiTeRaRiA :=)

En este último bloque nos hemos referido sobre todo a cómo podemos transmitir los cuentos a los niños. A la hora de transmitírselos, podemos hacerlo de tres formas distintas con sus variantes. Estas tres formas son:
1.       El cuentacuentos: Consiste en narrar una historia sin apoyo visual, es decir, sin que tengamos que enseñar el libro. El cuentacuentos es la más antigua de las transmisiones literarias y tiene como objetivo principal desarrollar la imaginación de las personas que los escuchan.
Una de las variantes del cuentacuentos consiste en que los niños escuchen la historia con los ojos cerrados para que así se puedan imaginar la historia y no se despisten.
Tenemos que tener en cuenta, que es fundamental que introduzcamos esta estrategia en el aula para que los niños como ya hemos dicho antes puedan desarrollar su imaginación sin que exista ninguna referencia visual.
Pero a la hora de contar los cuentos, debemos distinguir bien los cuentacuentos del adulto de los del niño ya que no poseen las mismas características. Por ejemplo, el de los adultos es más bien un monólogo teatral donde la persona que lo realiza se aprende un texto de memoria y aprende a saberlo transmitir utilizando el espacio, los gestos, etc. Además, normalmente se realizan preguntas retóricas donde no se espera que el público conteste ya que consideran que el cuentacuentos es su “actuación”.
En el caso del cuentacuentos del niño, nos encontramos con una  situación completamente diferente ya que cuando se realizan preguntas se espera que los niños contesten y te paren para preguntarte algo, es decir, se espera que los niños interactúen.
Mientras realizamos este tipo de estrategias, se utilizan muletillas ya que así se permite mantener la función fática para así mantener la atención de todo el mundo.
Pero no debemos equivocarnos al pensar que en un cuentacuentos sólo se interactúa verbalmente sino también visualmente ya que podemos observar si lo que les estamos contando les interesa o no.
Según el grado de interés de los niños se pueden alargar diversas partes como por ejemplo las descripciones y acortar otras que a los niños no les interesan.
A la hora de contar los cuentos, debemos ser expresivos y crear en los niños el sentimiento de intriga, emoción, sorpresa, etc.
Respecto a las voces de los personajes que forman parte del cuento, pueden cambiarse si existen como mucho tres personajes aunque es importante explicar que el cambio de voces no hace que el niño se entere más del cuento o que lo comprenda más sino que lo hace más bonito o gracioso. Por lo tanto, no es imprescindible cambiar las voces de los personajes.
También en los cuentacuentos se pueden utilizar algunas indicaciones ornamentales (de adorno) por o que no se usa ningún tipo de apoyo visual (Por ejemplo: Si contamos un cuento de las mil y una noches, puedes llevar a clase un pañuelo con brillo para colocártelo o puedes llegar a clase con un disfraz), esto se hace para crear un ambiente especial, es decir, para crear un ambiente distinto al aula.
Otra de las cosas que podemos  utilizar en esta estrategia es el uso de las marionetas como ayuda a la hora de contar el cuento. Pero no debemos confundir este uso de las marionetas con el teatro o representación de un cuento con marionetas ya que en este caso, utilizamos diferentes marionetas dependiendo de los personajes.
En cuanto a la hora de prepararnos el cuento, debemos leérnoslo, pensar cómo vamos a adaptarlo fijándonos en aquello que no se debe modificar y ensayar el cuento aunque en el aula no nos vaya a salir igual ya que los niños introducirán cambios.
Por último, debemos destacar la necesidad de utilizar la naturalidad a la hora de contarles un cuento a los niños. Si el cuento tiene estructuras acumulativas, debemos aprendérnoslas bien (por ejemplo, la estructura acumulativa de “Amelia quiere un perro”).
2.       Narración con libro: Es la estrategia que más se utiliza en el primer ciclo de infantil y aunque la compaginemos con otras cosas, también en el segundo ciclo.
Su técnica consiste en enseñar el libro y en vez de leerlo lo vamos contando señalando y haciendo que los niños se fijen en las ilustraciones. Se les puede preguntar cosas para que intervengan.
Estas narraciones tienen apoyo visual y por eso, se debe tener en cuenta detalles obvios como es que todos los niños puedan ver bien el libro (por ejemplo: que sean libros grandes, que todos los niños estén colocados de tal manera que puedan verlo bien, proyectar el cuento, etc.)
Como ya hemos dicho antes, es la técnica más usada en el primer ciclo porque los niños de este ciclo tienen menos comprensión y la referencia visual les ayuda a seguir la historia y por lo tanto, a comprenderla.
Además, con este tipo de narraciones ayudamos a que el niño desarrolle el razonamiento icónico, es decir, la capacidad que tiene el niño de identificar, comprender y descodificar iconos. El razonamiento icónico, supone por parte del niño aceptar que hay elementos que representan la realidad pero que en verdad, no lo son (por ejemplo, una foto de su madre representa a su madre pero la realidad es que es una fotografía).
A diferencia de en el cuentacuentos, en la narración con libro no se desarrolla tanto la imaginación, y para eso debemos alternar estrategias como contar un día un cuento con la técnica de narración del libro y otro día con la del cuentacuentos.
3.       La lectura: Esta estrategia no se debe emplear en el primer ciclo sino en el segundo ya que el niño ya conoce el concepto de leer aunque ellos aún no lo sepan. Cuando leemos un cuento o un poema, les estamos dando un modelo de lectura sobre lo que ellos van a tener que aprender a hacer.
El aprendizaje de la lectoescritura de una manera u otra comienza en el segundo ciclo. El modelo normal, es leer literalmente lo que pone en el texto.
Los textos de autor son los mejores y cuanto mejor escrito esté, más adecuado será para el alumno. Al ser un modelo de lectura, debemos evitar cambiar las voces de los personajes ya que tenemos que enseñar a los niños a leer bien haciendo las pausas, las entonaciones adecuadas (no exageradas, etc.).
Es mejor que leamos y más tarde enseñemos la ilustración para trabajar así la imaginación y la paciencia (por ejemplo, cuando acabe el cuanto, os dejo ver a los personajes).
Un modelo usado para hacer lecturas con niños de tres o cuatro años, es colocar el texto detrás de la ilustración, de tal manera que mientras ellos ven la imagen, nosotros les contamos la historia
Una de las cosas que debemos tener en cuenta a la hora de llevar a cabo estas estrategias es que debemos utilizar un el vocabulario adecuado para no confundir al niño, es decir, si les decimos que vamos a leerles un cuento no podemos contárselo y viceversa.
Otra de las cosas, es que antes de comenzar el cuento, lo ideal es que hagamos una actividad de animación o motivación previa (por ejemplo, hoy os traigo un libro…pero mejor os lo enseño mañana, para que así levantemos la curiosidad de los niños creando una ambientación mágica, de intriga, etc.). Cuando acabemos de contar el libro o de leerlo, los niños hacen las exclamaciones pertinentes (¡oh!; ¡Qué bien!, etc.) y nosotros como futuros maestros, debemos hacerles preguntas subjetivas dándoles así la posibilidad de hablar (por ejemplo, ¿Os ha gustado la historia?; ¿Cambiaríais el final?; ¿Qué personaje os ha gustado más?; ¿Habéis sentido miedo?, etc.). Pero como aclaración debemos decir que es importante que no transmitamos a los niños que les estamos haciendo un examen donde valoramos su comprensión.
Una de las cosas que debemos tener más en cuenta a la hora de ser maestros es que a los niños cuando se les cuenta un cuento por primera vez, no se quedan con todos los detalles de la historia. Sin embargo, en la segunda se les van quedando más detalles porque ya se saben el final y entonces se fijan en otros aspectos. Por eso, una vez que hemos contado el cuento más de una vez, se les puede hacer preguntas para ver su comprensión pero sin olvidar que la literatura está pensada para entretener, divertir a los niños y como último, enseñar.
Otra de las cosas que podemos hacer como maestros al contar un cuento es colocar a los personajes el nombre de los niños del aula, pero eso si, no podemos olvidar qué nombres hemos utilizado ya y qué nombres aún no.
Este último bloque ha sido muy útil para aclararme algunas ideas como por ejemplo que no porque utilicemos alguna marioneta estamos realizando una obra de teatro con marionetas ya que podemos utilizar marionetas para apoyarnos a la hora de contar la historia y no porque estemos realizando un teatro de marionetas.
Otra de las cosas que he podido aprender es la existencia de tres formas  de transmitir los cuentos ya que aunque durante mi vida había escuchado hablar de ellas, nunca había tenido la oportunidad de profundizar en ellas y mucho menos de ver qué podría servirnos sobre todo como maestras. En lo que respecta a mi futuro como maestra de Infantil, destacaría la importancia de ser natural y expresiva a la hora que contar un cuento ya que es importante que con esa naturalidad y expresividad levantemos en los niños un sentimiento de intriga a cerca de lo que se pueden encontrar en el cuento.
Por último me gustaría destacar la necesidad de practicar los cuentos en casa para poder así transmitir a los niños la tranquilidad, naturalidad y expresividad.

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